Las olas de calor, las sequías, las inundaciones y las tormentas están aumentando en el planeta, agravando las enfermedades y dificultando la capacidad de la población para hacerles frente.
Algunas de las investigaciones más sorprendentes sobre la dinámica de las enfermedades provocadas por el cambio climático son las que se refieren a las enfermedades transmitidas por vectores, como el Zika y el dengue.
Además de las fluctuaciones de la temperatura y las precipitaciones que afectan a las poblaciones de mosquitos, el cambio climático también está aumentando la intensidad y la duración de los ciclones tropicales, lo que hace más difícil que las personas vulnerables a esas tormentas se protejan de la enfermedad.
Hasta ahora, la mayoría de los estudios se centran en patologías específicas.
Pero a medida que se intensifican los impactos del cambio climático, es probable que más investigaciones revelen nuevas correlaciones entre las condiciones ambientales y la aparición y gravedad de otras afecciones.
Ahora, Los incendios en el mundo entero están siendo devastadores.
Las pérdidas son incalculables y el daño medioambiental en algunas regiones irreversible.
Decenas de miles de hectáreas han sido arrasadas en diferentes latitudes por las altas temperaturas y las sequías.
La agencia de la ONU para el medio ambiente informa que esta destrucción seguirá en aumento y que, ante esta situación crítica, es necesario adaptar los bosques al cambio climático, lo que incluye tomar medidas de conservación, protección y restauración que prevengan la deforestación y los incendios.
Los incendios son un peligro perenne que ha asolado a las sociedades humanas durante miles de años, no es algo nuevo de este verano.
Para cada vez son más destructivos en regiones sometidas a frecuentes sequías y altas temperaturas, como algunas partes de África, el sudeste asiático, el sudoeste americano y España o Portugal.
De hecho, en los últimos años, estos incendios forestales se han vuelto más destructivos que nunca.
Según las Naciones Unidas, más de 40 millones de hectáreas de tierra han sido destruidas por incendios forestales desde el año 2000, con un importe estimado de daños que se acerca a los 20 billones de dólares.
Además, estos incendios pueden causar trágicas pérdidas de personas, animales y enormes daños en las estructuras naturales y artificiales.
Como el mundo sigue experimentando condiciones meteorológicas cada vez más extremas debido al cambio climático, es crucial que se desarrollen y pongan en marcha respuestas eficaces para limitar los daños que pueden causar los incendios forestales.
El cambio climático es un fenómeno atribuido a la acción del hombre sobre el medio ambiente, que ha derivado en un incremento de la temperatura planetaria en los últimos años.
El fenómeno es debido básicamente a la acción de los gases que provocan el efecto invernadero. La mayor parte de dichas emisiones proviene de países industrializados.