Como
32,000 bombas atómicas cayendo sobre Katmandú. Es la equivalencia de la
magnitud del TERREMOTO QUE AZOTÓ LA CAPITAL NEPALÍ el pasado 25 de abril, de 7,8 grados en la
escala de Richter,
2015-04-25 06:11:25 UTC 228.165°N 84.725°E a 35km E de Lamjung, Nepal.
El sismo es uno de los peores desastres naturales acaecidos en el Himalaya en décadas y además de devastar la capital del país asiático, se dejó sentir en el Tíbet y en el norte de la India.
El
terremoto era de esperar puesto que esta zona del planeta está considerada de
alta peligrosidad sísmica. Es una de las áreas de colisión geológica más
grandes de la Tierra: la placa de la India se desliza y choca de forma violenta
contra la placa de Eurasia, lo que provoca que la cordillera del Himalaya se
siga elevando. Al estar apretando una placa contra otra, se va acumulando
tensiones geológicas en la zona, que finalmente, tal como ha ocurrido, acaba
produciendo que se rompa un pedazo de corteza, que en este caso de calcula que
es de 150 a 200 km de largo. Y esa ruptura genera el terremoto.
“Las dos
placas, la de la India y la de Eurasia, son continentales y tienen
aproximadamente la misma edad, esto es miles de millones de años. En otras
partes del mundo, una placa se sumerge por debajo de la otra, como ocurre en la
costa de Perú, donde la corteza oceánica se sitúa por debajo de la corteza
continental, lo que hace que el terremoto pueda ocurrir a gran profundidad y
eso disminuye los daños en la superficie. En cambio, en el terremoto de Nepal
se produce un fenómeno de encabalgamiento: las dos placas convergen a un ritmo
de entre 4 y 5 cm al año, chocan frontalmente, y eso ha hecho que el seísmo se
produzca en la superficie, a tan sólo 15 km de profundidad, y sea de gran
magnitud”.
En las cuatro horas que siguieron al evento principal se registraron al menos 14 réplicas, la mayoría de ellas de escala 4 y 5, pero también una de magnitud 6,6. Se espera que en los próximos días se produzcan hasta 30 temblores más, que probablemente serán muy dañinos puesto que muchos de los edificios ya están afectados y se colapsarán y derrumbarán.
A pesar
de que Nepal cuenta con una red nacional de estaciones de monitorización
geodésica y sísmica, el desastre de este terremoto era inevitable, dada la situación tectónica de la zona, la alta
densidad de población y el hecho de que las casas están construidas con
mampostería no reforzada.
No obstante, apunta, “sí se pueden establecer probabilidades de períodos de retorno. Es decir, mediante métodos estadísticos, los expertos calculan el tiempo que es probable que separe un sismo de otro. En este caso se sitúa alrededor de 75 años. No es exacto pero cuanto más tiempo pasa, más aumenta la probabilidad de que ocurra”.
En el
caso de Nepal, en 1934 ya se produjo un terremoto de gran magnitud, 8,1 grados,
que acabó con la vida de más de 10.000 personas. Hay otras zonas del
planeta que comparten con este país asiático una alta peligrosidad sísmica; son
aquellos países situados a lo largo del denominado cinturón pacífico, como
Japón, la costa este de Estados Unidos, Haití, Chile, Perú.
En los
últimos 76 años muchos terremotos han ocurrido a lo largo de la falla del norte
de Turquía. Por ejemplo, en 1999 un seísmo mató a 17.000 personas, la mayoría
de la ciudad de Izmit, al este de Estambul. Los expertos señalan que,
seguramente, el próximo gran temblor de tierra se producirá alrededor de esa
zona.
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