Dios te ama de modo incondicional, te da vida y te sostiene. Él te habla en silencio a través de tu corazón y te recuerda que cuando estás en paz y en armonía contigo mismo, tu energía llega a otros, incluso a la distancia, y les ayudas.
Nunca puedes vibrar en amor solo para ti porque el amor se expande y lleva paz, armonía y bienestar a todos los seres vivos.
Dios, siempre está contigo y lo sientes cuando dejas los afanes, te aquietas y huyes del bullicio. No puedes alejarte de él porque mora en tu interior.
Afirma diariamente: “Soy una chispa de Dios, soy un milagro viviente”.
Tenle presente en cada momento. Deja que su amorosa presencia te colme de paz y de amor.
Dios no te juzga, él comprende tus errores y su espíritu te acompaña si el desaliento te visita.
Cree en Él porque Él cree en ti.
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